sábado, 23 de enero de 2016

TRASTORNOS DEL LENGUAJE SECUNDARIOS A OTRAS CONDICIONES.


TRASTORNOS DEL LENGUAJE SECUNDARIOS A OTRAS CONDICIONES.

Ingram en el punto 4 de su clasificación enumera varios de tales problemas, los que, advierte, se pueden presentar combinados:
ü  Defectos  mentales.
ü  Defectos de la audición o pérdida auditiva.
ü  Disfasia “autentica”.
ü  Trastornos “psiquiátricos”.
ü  Deprivacion social grave.
La pérdida auditiva admite grados: desde una ligera dificultad a responder a unas cuantas frecuencias de baja intensidad hasta una perdida donde no existe respuesta detectable a ninguna frecuencia, por intenso que sea el sonido. La mayoría de las personas diagnosticadas como sordas tienen alguna audición residual.

Para Gallardo y Gallego “electivo” solo se da ante ciertas personas o en determinadas situaciones y suele aparecer, según estos autores, a los tres años y con mayor frecuencia, hacia los seis. En su etiología hacen referencia a varios factores sobreprotección familiar; abandono, descuido y falta de la necesaria estimulación lingüística; preocupación excesiva y estándares paternos perfeccionistas; relaciones ambivalentes dependencia-hostilidad con el niño; bilingüismo mal integrado; déficit lingüístico hereditario; posible incapacidad comunicativa específica, etc.
Para su tratamiento integran un modelo lingüístico que apunta a la “desmutizacion” con tareas de diferente tipo; el modelo conductual, que incluye técnicas de de sensibilización sistemática, de moldeamiento e imitación; el modelo clínico, de carácter psicoterapéutico  y proponen, finalmente, estrategias de intervención psicomotriz.

El mutismo total implica una desaparición del lenguaje, repentina o progresiva. Puede ser de tipo histérico, tras un fuerte choque afectivo, o por enfermedad laríngea. 





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TRASTORNO ESPECÍFICO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE TEL.


TRASTORNO ESPECÍFICO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE TEL.

DISFASIA.
Se trata de un trastorno del desarrollo del lenguaje, de tipo predominante expresivo o receptivo/expresivo, que puede darse con una capacidad intelectual normal, pero que interfiere de manera significativa el aprendizaje académico o las interacciones de la vida cotidiana.
Los limites exactos de esta zona de patologías que van de menor a mayor severidad, son variables para los diferentes autores. Algunos autores llaman disfasia a todo el rango; otros reservan este término solo para las manifestaciones más severas.
Aguado (1999), después de examinar las diferentes denominaciones que ha recibido el síndrome, propone adoptar la expresión Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) como la mejor manera de identificarlo. Entre las denominaciones que revisa están las de afasia congénita, afasia evolutiva, audiomudez, retraso del lenguaje, trastorno o deterioro evolutivo del lenguaje.
En relación a las clasificaciones DSM IV – DSM IV TR y CIE 10, se pueden establecer las siguientes relaciones con la clasificación de Ingram:
ü  El nivel [A] corresponde al trastorno fonológico del DSM IV y al trastorno específico de la CIE 10.
ü  El nivel [B] corresponde al trastorno expresivo del DSM IV y al trastorno de la expresión del lenguaje  de la CIE 10.
ü  El nivel [] corresponde al trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo del DSM IV y al trastorno mixto expresión/comprensión.
Aguado revisa varias clasificaciones de los TEL, entre ellas:
Perelló y asociados (1978), admiten grados de intensidad de un mismo proceso patológico, y distinguen:
ü  Retardo simple del habla.
*      Retardo puro del habla.
*      Retardo simple del lenguaje.
ü  Disfasia.
Bahares y Elizaincin, investigadores uruguayos proponen esta ordenación:
ü  Retardo de la palabra.
ü  Retardo simple del lenguaje.
ü  Disfasias del desarrollo.
*      Expresivas.
*      Receptivas.
Rapin y Allen propusieron una clasificación en los 80. Según Aguado, es la más utilizada por los terapeutas. Se basaron en las descripciones de estados patológicos del lenguaje observados en un significativo número de sujetos. La investigación de estas investigadoras es la que sigue:
ü  Trastornos de la vertiente expresiva.
-       Trastornos de la prolongación fonológica.
-       Dispraxia verbal.
ü  Trastornos de comprensión y expresión.
-       Trastorno fonológico-sintáctico.
-       Agnosia auditivo-verbal.
ü  Trastorno del proceso central de tratamiento y de la formulación.
-       Trastorno léxico-sintáctico.
-       Trastorno semántico-pragmático.
Para  Pavez el trastorno leve de Ingram equivale al trastorno de programación fonológica de estas autoras.
Aguado concluye su análisis crítico de las diferentes clasificaciones con dos afirmaciones:
1.    La diferenciación entre TEL-EXPRESIVO y TEL-mixto está bien fundamentada, tanto en la investigación como la actividad terapéutica.

2.    Se hace necesario añadir a estos dos grupos de trastornos el de la dimensión pragmática, como ha sido propuestos por varios investigadores.




TRASTORNOS DEL LENGUAJE.


TRASTORNOS DEL LENGUAJE.

AFASIAS.
La afasia suele ser definida como una pérdida total o muy significación del lenguaje expresivo comprensivo/expresivo, a causa de lesión cerebral. Se asocia a una gran dificultad en la capacidad simbólico-lingüística, consecuencia del daño y afecta en forma severa la conducta adaptiva e interacciones de la vida diaria. 
en memoria, atención, razonamiento lógico y áreas semejantes. Según la definición especifica la afasia es únicamente una patología lingüística: el paciente seria el mismo de antes, salvo su reducida capacidad para hablar, comprender, leer y escribir…
El autor estima que resulta sensato adoptar una posición flexible que consideren que los problemas lingüísticos son los primarios, sin excluir que se consideren dentro del síndrome otro déficit
Para la N.A.A. (National Aphasia Association) en USA, la afasia es la incapacidad para comunicarse a través de la lengua oral, incluida la perdida de las habilidades de lectura y escritura.
La afasia varía en grados y según las áreas afectadas. Los diagnósticos más frecuentes, según la N.A.A. (National Aphasia Association), que incluyen los recién expuestos son:
ü  Afasia Global: Es la forma más severa de afasia.
ü  Afasia de Broca: Esta forma de afasia limita la capacidad del sujeto para hablar, con la excepción de un vocabulario muy restringido y la emisión de sonidos..
ü  Afasia mixta no fluente: Esta terminología se utiliza para definir a sujetos que tienen un habla difícil e inadecuada.
ü  Afasia de Wernicke: Se crea una incapacidad para entender el significado de las palabras habladas, aunque el sujeto mantiene la habilidad de hablar.

ü  Afasia anómica: Las personas con esta particular forma de afasia encuentran muy difícil utilizar palabras que tratan de evocar durante la conversación.




TRASTORNOS DEL RITMO Y LA FLUIDEZ


TRASTORNOS DEL RITMO Y LA FLUIDEZ

La fluidez que se ve facilitada por el ritmo, tiene que ver con el grado de eficiencia, pericia, destreza o habilidad con que se lleva a cabo una actividad, en este caso, el habla. Hay dos grupos de problemas que afectan el ritmo y la fluidez normal del habla:
ü  La disfemia, tartamudez o tartamudeo. Se trata de un trastorno de ritmo con bloqueos, tics, repeticiones o prolongaciones de sonidos, que dificultan la fluidez. También se le llama “espasmofemia”.
ü  El farfulleo. Trastorno en la fluidez y ritmo verbal, que se caracteriza por taquilalia y falta de inteligibilidad.
Crystal, destacando la gran variabilidad que se da entre quienes presentan el cuadro, describe 7 rasgos principales, algunos de los cuales en mayor o menor medida lo presenta cada sujeto en particular:
1.    Una cantidad anormal de repetición de segmentos, silabas, palabras o frases, como p-p-p-piso, el po-po-po-policía.
2.    Obstrucciones del flujo de aire debidas a la tensión de ella persona al prepararse para articular un sonido.
3.    Prolongaciones anormales de segmentos de sonidos, como fffff-fiel, donde la f inicial se produce como un único sonido alargado, y no con breves pausas que van intercaladas como en 1.
4.    Introducción de palabras o sonidos extra con intensidad emocional en los puntos de dificultad.
5.    Extraños patrones de acento en las palabras, y entonación y tempo anormales en las oraciones, debido principalmente al habla muy entrecortada y a la respiración irregular.
6.    Palabras que se dejan sin terminar.
7.    Torpes circunloquios: el sujeto puede saber muy bien qué tipos de sonidos le plantean problemas y, por tanto, los mantiene alejados, algunas veces a sorprendente distancia.
Gallardo y Gallego proponen una escala de la valoración de la dimensión psicosocial de tartamudez, con ítems referidos a 3 aspectos fundamentales sobre los cuales el sujeto debe pronunciarse (siempre – frecuentemente - a veces - nunca). Los 3 aspectos, con algunos ítems a modo de ejemplo son:
1.    AUTODETERMINACIÓN de respuestas verbales.
2.    AUTOIMAGEN conversacional.
3.    AUNTOCONDUCTA emotivo-verbal.
Perello y  su equipo se refieren a los efectos psicológicos del tartamudeo, entre ellos la logofobia o miedo a hablar, “sobre todo ante ciertos fonemas que el sujeto sabe le cuesta pronunciar”.
Respecto de la intervención, distinguen la disfemia inicial y episódica, de la disfemia propiamente dicha. La disfemia inicial exige de parte de la familia del niño afectado, profesores, entorno social, etc., el cumplimiento de algunas recomendaciones del tipo:
No manifestar una preocupación excesiva por el tartamudeo infantil.
Hablar al niño con tranquilidad articulando bien y ligando las palabras en frases.
No hacerle repetir cuando ha “tartamudeado”.
Evitar burlas, riñas, castigos por su habla.
Mantener estabilidad emocional, evitando situaciones de tensión en el aula y en la casa.
Hacerle repetir poesías con ritmo junto a otros niños.
Crear un clima de seguridad y comprensión en torno al niño.
Para la disfemia propiamente dicha, advierten los autores que, atendida la cantidad de factores que pueden generarla, a veces son necesarios varios profesionales.  En todo caso, insisten en que la intervención nunca debe quedar limitada al disfemico en sí, sino que debe abarcar a su medio ambiente. Como regla de oro para el tratamiento indican: Enlentecer el habla y articular rítmicamente frases cortas y sencillas.
Junto a la intervención farmacológica y la acción psicoterapéutica, se especifican algunos procedimientos foniátricos, destinados a dotar al sujeto de un lenguaje correcto ejercitando el aparato de fonación. Son dos grandes tipos: reflexivos, y diversivos. Los procedimientos reflexivos apuntan a que el sujeto corrija el proceso del habla de manera analítica. Los métodos diversivos pretenden distraer la atención del paciente sobre su  manera de hablar y disminuir así su logofobia.
Finalmente para el tratamiento de ella disfemia se utiliza elementos auxiliares, como el audible masker, eco-corrector, metónomo y el DAE (delayed auditory feedback), cuya descripción se puede encontrar en los textos antes mencionados.

Crystal, dice que a veces se da una superposición entre las categorías del tartamudeo y el farfulleo: algunas personas presentan una combinación de ambas alteraciones. Rondal explica que la distinción entre tartamudeo y farfulleo es casi siempre fácil de realizar: el farfulleo no presentan los bloqueos ni las repeticiones de sonidos o silabas en series ingobernables como el tartamudeo. Al caracterizar al farfulleo, dice que como la persona que lo presenta habla tan rápido acorta la duración de las silabas pronunciadas. Como no puede mantener el ritmo, se detiene, repite lo que acaba de decir, o una parte, vuelve a hablar rápidamente, se interrumpe,..etc., lo que produce un discurso o irregular, entrecortado, con palabras incompletas, deformadas. Afirma la reeducación del Farfulleo es más fácil y también más corta que la del tartamudeo.




TRASTORNOS DE LA VOZ Y LA RESONANCIA



TRASTORNOS DE LA VOZ Y LA  RESONANCIA

La voz de cada persona tiene un sello tan particular, que permite se la identifique fácilmente a través de ella. Ello se debe a que su boca, faringe y estructuras adyacentes si bien similares en sus rasgos esenciales a las de otras personas, acusan diferencias que se traducen en gamas de frecuencias de sonidos y timbres muy peculiares. Crystal destaca como las variaciones demuestran voces comparten emociones o reflejan la personalidad.
La voz se produce en la laringe, porción modificada de la tráquea, al vibrar dos bandas elásticas, las cuerdas vocales que entran en acción por la corriente espiratoria de aire de los pulmones, dicho proceso se conoce como fonación. La laringe, se explica en los tratados de fisiología humana, es semejante en muchos aspectos a un
instrumento de viento, en cual  una corriente de aire se hace vibrar por las oscilaciones de una lengüeta elástica.
Sin embargo, mientras que el periodo de las vibraciones en el instrumento y por tanto “la nota” está determinado por la longitud del tubo que va unido a la boquilla, en la laringe la nota producida por el soplo de aire es modificada parcialmente por alteraciones en la tensión de las cuerdas vocales, y en parte modificando a la fuerza del soplo de aire. Las cuerdas son un par de pliegues musculares ubicados desde un solo punto en la terminación anterior del cartílago tiroides hasta prolongaciones anteriores de los dos cartílagos carotinoides. Sus bordes anteriores tienen unos 23 mm en el hombre y 18 en la mujer, precisa Crystal. El espacio que queda entre ellos se denomina abierta. Durante la respiración, las cuerdas están ampliamente separadas en su fijación a los cartílagos aritenoides, dando lugar a una abertura triangular de los glotis. En la fonación, las cuerdas se estiran dejando una abertura cuya forma depende de la nota que se emite (desde un oficio redondeado o una ranura muy fina).
Las alteraciones de la voz pueden ocurrir en cualquiera de sus características: intensidad, tono y timbre.
ü  La intensidad permite distinguir entre sonidos fuertes y débiles: es la mayor o menor fuerza espiratoria con que se emiten en términos físicos a la implitud de honda.
ü  El tono se relaciona con la altura musical del sonido y está determinado por la frecuencia de las vibraciones a mayor número de vibraciones por unidad de tiempo, resulta más agudo.
ü  El timbre corresponde a los matices individuales y peculiares de la voz (muy semejante entre padres e hijos o hermanos) y depende de las características del “resonador”. Una voz puede ser, por cierto con el anterior.
Se distingue entre trastornos de la fonación y de la resonancia. Este criterio se traslada, por cierto con el anterior.

ü  Los trastornos de la fonación ocurren cuando algo interfiere en el funcionamiento normal de la laringe.
ü  Los de la resonancia se dan cuando hay  interferencias en el funcionamiento de las cavidades adyacentes, antes, como después de la glotis, produciendo timbres anormales.
Gallardo y Gallego (1995) enumeran varios factores enumerándolos en anatómicos, fisiológicos, psicológicos y ambientales. Explican que alguno de ellos, por lo general, en el que determina la aparición de la alteración. Otros, en tanto, pueden contribuir a su manutención o agravamiento.
A causa de la variedad e interrelación de factores en juego, no resulta fácil clasificar los trastornos de la voz. Entre otras cosas, explican los autores, no siempre está clara la relación entre lo orgánico y lo funcional. La mayoría de los investigadores suelen usar como criterio los factores etiológicos. Ellos optan por considerar simultáneamente tres aspectos: cuantitativos, topográfico o de localización, y etiológico.
Las patologías que siguen se describen en relación a las disfonías, ya que la afonía es la pérdida total de la voz y no hay vibración de las cuerdas.
ü  Laringofonías: Son disfonías localizadas en la laringe.
ü  Rinofonías: Alteraciones de la resonancia que consisten en la nasalización de la fonación.
ü  Disfonías orgánicas: Causadas por lesiones en los órganos de la fonación.
ü  Disfonías funcionales: Hipertónicas: excesiva tensión de las cuerdas vocales durante la fonación.
Crystal, por su parte examina:
[1] Los trastornos evolutivos: etapa en que se torna gradualmente más grave.
[2] Los trastornos orgánicos, relacionados varios de ellos con las diferentes anomalías: nódulos vocales, papilomas, ulceras de contacto, etc.
[3] Los trastornos psicológicos, que pueden expresarse en abuso vocal.  !!
En la situación escolar abundan los ambientes ruidosos todo lo que obliga a subir la intensidad de la voz para poder hacerse oír.
El profesor a quien los autores caracterizan como “profesional de la voz” debe conseguir que no se grite en clases, comenzando con el mismo por dar el ejemplo.


https://www.youtube.com/watch?v=7d3ou84gwFc



TRASTORNOS DE LA ARTICULACIÓN Y EXPRESIÓN DEL HABLA


TRASTORNOS DE LA ARTICULACIÓN Y EXPRESIÓN DEL HABLA


Disartrias
Explica Crystal, es el nombre que se da:
ü  A una serie de trastornos motores del habla.
ü  Que surgen como resultado de un daño en el sistema nervioso
ü  Y que se manifiestan por dificultades neuromusculares.
Perelló et al. (1970, 1990) afirman que para la secuencia del habla se realice de manera correcta, se hace necesaria la oración coordinada de todo un conjunto de estructuras que gobiernan la respiración, la fonación y la articulación.  
En consecuencia como para estos investigadores la disartria es toda alteración de la articulación y expresión y con ese del habla que obedece a trastornos del tono y movimiento de los músculos fonatorios, secundarios a lesiones del sistema nervioso central o enfermedades de los nervios o músculos de la lengua, faringe y laringe, responsables del habla.
Lenneberg en su teoría clásica obra “Fundamentos biológicos del lenguaje” (1975) establece una comparación con la afasia y afirma que mientras la afasia se refiere fundamentalmente a contenido, la disartria se refiere exclusivamente a la forma de producción. Las lesiones inferiores, por su parte, producen interferencias con los procesos articulatorios, siendo los más comunes las alteraciones de la velocidad. En la literatura especializada aparece con frecuencia el termino anartria. Este hace referencia a la ausencia total de articulación debido a su insuficiencia neuromuscular. Corresponde al extremo más severo de la disartria. Según Crystal es poco frecuente, en comparación “con los diversos grados de insuficiencia parcial que van de medio a severo”. La disartria o las disartrias se suelen clasificar según la localización  de las lesiones en el sistema nervioso. Gallardo y Gallego describen varios tipos  en su manual de logopedia escolar. Resumimos en parte sus ideas igual a:

Disartria espástica: La afectación se produce a nivel de la neurona motriz superior.
Algunas características:

ü  Debilidad y espasticidad en un lado del cuerpo, en los músculos distales de  las extremidades, la lengua y los labios.
ü  Exaltación de los reflejos y presencia de reflejos patológicos.
ü  Asociación a otras patologías (Encefalitis, esclerosis múltiple, traumatismos craneales).
ü  No hay  atrofia de fibras musculares.
ü  Frecuente alteración del control emocional.

Implicaciones en la producción oral:
ü  Disfunción articulatoria.
ü  Emisión de frases cortas.
ü  Voz ronca.
ü  Tono bajo y monótono.
ü  Lentitud en el habla-.
ü  En ocasiones, interrupciones tonales o de respiración.
ü  Articulación consonántica poco precisa y, a veces, distorsiones vocalistas.

Disartria atáxica: La afectación ocurre en cerebelo. Este órgano regula la fuerza, velocidad, duración y dirección de los movimientos ocasionados en otros sistemas motores. La afectación del habla suele ocurrir simultánea a lesiones cerebelosas bilaterales o generalizadas.
Algunas características
ü  Movimientos imprecisos: su dirección, duración e intensidad son lentos e inapropiados en la fuerza.
ü  Es posible irregularidad de los movimientos oculares.
ü  Disfunción faríngea.
ü  Alteraciones de la marcha y equilibrio.
ü  Hipotonía de los músculos afectados.

Implicaciones de la producción oral:
ü  Voz áspera y mótona.
ü  Voz débil y vacilante con escasas variaciones en intensidad.
ü  Indefinición consonántica y distorsión vocálica.
ü  Alteraciones prosódicas y por énfasis en determinadas silabas y prolongación de fonemas.
Disartria flácida: La lesión está localizada en la neurona motriz inferior.
Algunas características
ü  Flacidez y parálisis  con disminución de reflejos musculares..
ü  Alteración de movimiento voluntario, automático y reflejo.
ü  Atrofia de fibras musculares.
ü  Debilidad durante el ejercicio (en especial, musculatura ocular, cuello, cintura escapular).
ü  Deglusión dificultosa.
ü  Afectación de la lengua, de los movimientos del paladar y posible afectación en la musculatura respiratoria.
Implicaciones de la producción oral:
ü  Voz ronca y poco intensa
ü  Monotonía
ü  Hipernasalidad.
ü  Debilidad de cuerdas vocales, paladar y laringe.
ü  Articulación consonántica distorsionada.
ü  Respiración jadeante.
ü  Alteración prosódica.
  Disartrias por lesiones en el sistema extrapiramidal.- Entre las funciones del sistema extrapiramidal están las que tienen que ver con la regulación del tono muscular en reposo y de los músculos antagónicos cuando hay movimiento; La regulación de los movimientos automáticos y la adecuación entre la mímica facial y las sincinesias ópticas. Gallardo y Gallego explican que las lesiones en el sistema extrapiramidal pueden ocasionar dos tipos de disartria:
A.   Hipocinéticas: Muy típica en la enfermedad de Parkinson.
Algunas características:
ü  Movimientos lentos, limitados y rígidos.
ü  Hipoquinesia.
ü  Movimientos repetitivos en los músculos del habla.
ü  Falta de flexibilidad en control de los centros faríngeos.
ü  Implicaciones de  la producción oral:
ü Voz débil, articulación defectuosa, falta de inflexión.
ü Frases cortas.
ü Monotonía tonal.
ü Imprecisión articulatoria.
ü Variabilidad en el ritmo articulatorio.
B.   Hipercinéticas: Se caracterizan por la presencia de movimientos involuntarios y excesivos, que entorpecen los movimientos normales voluntarios.
Algunas características:
ü  Movimientos anormales involuntarios: coreicos y/o atetosicos, tembladores distonía….
ü  Hipoquinesia.
ü  Implicaciones en  la producción oral:
ü Distorsión de vocales y alteración prosódica.
ü Articulación imprecisa de fonemas.
ü Alteraciones respiratorias y de fonación.
ü Tono monótono.
ü Inspiraciones audibles y temblor en la voz.
En relación con el tema de las disartrias y la afasia los autores tocan el de la dispraxia verbal, dispraxia del habla o dispraxia articulatoria. Consiste, según Cristal, disrupción de la capacidad para controlar la posicion en, los músculos para hablar y en la secuencia que debe hacerse. No hay daño o anormalidad estructural importante en  el sistema nervioso. Apraxia se refiere a la disrupción total de la actividad en cuestión, siendo poco frecuente. Dispraxia se refiere a la disrupción parcial. Es el término que se emplea, por lo general. Los términos apraxia y dispraxia se utilizan en un sentido más amplio que el referido específicamente al habla y articulación. Como explica Crystal, en su sentido más general se refieren a la disrupción de la capacidad para producir  una respuesta motora con finalidad.

 Perello sostiene que el sujeto no es capaz de organizar el acto pese a que  “puedo hacerlo, por la indemnidad de los elementos que deben ejecutar la acción “y a pesar de que “sabe lo que quiere hacer “.Cairo Valcárcel describe varios tipos de apraxia. Entre ellas
ü  Constructiva: es la incapacidad para construir un conjunto a partir de sus elementos componentes (armando una figura teniendo sus piezas)
ü  Ideomotora: el sujeto tiene conservado el plan de actividades a realizar, sin embargo falla manifiestamente en la ejecución de los gestos 
ü  Ideatoria: incapacidad para llevar a cabo las diferentes acciones sucesivas de un acto, generalmente complejo.
ü  Motora: incapacidad para llevar a cabo una actividad motora que requiere una secuencia determinada de acciones 
ü  Del vestirse: al pedírsele al sujeto que anude los cordones de los zapatos o se ponga la camisa, lleva a cabo una serie de intentos infructuosos y a veces irracionales.
ü  Orofacial: dificultad para ejecutar diversos movimientos voluntarios finos y regulares con la boca, la lengua y el rostro en general.
Otros, en cambio, estiman que las diferencias cualitativas entre afasia y apraxia son lo suficientemente grandes como para justificarlas que sean consideradas síndromes distintos. Esta postura representa su punto de vista, según el cual pueden encontrar pacientes que tienen:
a.    Síntomas afásicos sin dispraxia: Hay alteración en aspectos de su fonología, gramática o semántica, pero la realización fonética de su limitado sistema es correcta para su edad.
b.    Síntomas dispraxicos sin afasia: su sistema fonológico, gramatical y semántico son correctos para su edad, pero los procesos que controlan la realización fonética de estos sistemas están alterados.
c.    Una combinación tanto de afasia como la dispraxia: la posibilidad más común en adultos.
La categoría b es muy normal en niños, según el autor, y lleva consigo un conjunto de síntomas que pueden ir desde un nivel medio a severo. Asimismo Crystal compara dispraxia con disartria.
La terapia del habla deberá contemplar las deficiencias particulares de cada tipo de paciente, así como la severidad del trastorno, cuya expresión más compleja la constituyen los casos de anartria, “verdadero desafío a la habilidad del logopeda”.
Para el niño con parálisis cerebral  que requiere una actuación cooperativa de profesionales a cargo de diferentes de aspectos: neurológico, ortopédico, fisioterapéutico, psicológico escolar y logopédico en lo que concierne a la intervención del lenguaje y del habla.