TRASTORNOS DEL HABLA Y LA ARTICULACIÓN.
DISLALIAS.
La Dislalia es una incapacidad para pronunciar
correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas. El lenguaje de un niño
dislálico muy afectado puede resultar ininteligible. El niño con dislalia omite ciertos sonidos, o los sustituye
por otros de forma incorrecta; por ejemplo, dice apo o tapo,
en lugar de sapo. Con
frecuencia, es capaz de pronunciar correctamente las sílabas por separado (sa) pero, al unir los fonemas, comete
errores. Esto hace que su lenguaje pueda resultar en ocasiones ininteligible.
Lo mejor es la prevención con la intervención precoz de un logopeda. Aunque el pronóstico depende
del tipo de trastorno y su causa, normalmente el habla puede mejorar con una
terapia adecuada. Esta se suele basar en la realización de ejercicios para
perfeccionar la musculatura utilizada en la producción de sonidos. Así, se
intenta que mejoren la articulación de las palabras, la utilización de la
respiración, el ritmo en la pronunciación, la expresión...
Normalmente, se le plantean al niño en forma de juegos, para que le sea más
sencillo y ameno adquirir estas nuevas habilidades. Para que la terapia sea
eficaz es importante que los padres se impliquen y ayuden al niño también en su
propio hogar.
En ocasiones, cuando el
problema tiene un origen físico, será necesario realizar un procedimiento
médico.

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