TRASTORNOS DEL RITMO Y LA
FLUIDEZ
La
fluidez que se ve facilitada por el ritmo, tiene que ver con el grado de
eficiencia, pericia, destreza o habilidad con que se lleva a cabo una
actividad, en este caso, el habla. Hay dos grupos de problemas que afectan el
ritmo y la fluidez normal del habla:
ü La
disfemia, tartamudez o tartamudeo. Se trata de un trastorno de ritmo con
bloqueos, tics, repeticiones o prolongaciones de sonidos, que dificultan la
fluidez. También se le llama “espasmofemia”.
ü El
farfulleo. Trastorno en la fluidez y ritmo verbal, que se caracteriza por
taquilalia y falta de inteligibilidad.
Crystal,
destacando la gran variabilidad que se da entre quienes presentan el cuadro,
describe 7 rasgos principales, algunos de los cuales en mayor o menor medida lo
presenta cada sujeto en particular:
1. Una
cantidad anormal de repetición de segmentos, silabas, palabras o frases, como
p-p-p-piso, el po-po-po-policía.
2. Obstrucciones
del flujo de aire debidas a la tensión de ella persona al prepararse para
articular un sonido.
3. Prolongaciones
anormales de segmentos de sonidos, como fffff-fiel, donde la f inicial se
produce como un único sonido alargado, y no con breves pausas que van
intercaladas como en 1.
4. Introducción
de palabras o sonidos extra con intensidad emocional en los puntos de
dificultad.
5. Extraños
patrones de acento en las palabras, y entonación y tempo anormales en las
oraciones, debido principalmente al habla muy entrecortada y a la respiración
irregular.
6. Palabras
que se dejan sin terminar.
7. Torpes
circunloquios: el sujeto puede saber muy bien qué tipos de sonidos le plantean
problemas y, por tanto, los mantiene alejados, algunas veces a sorprendente
distancia.
Gallardo
y Gallego proponen una escala de la valoración de la dimensión psicosocial de
tartamudez, con ítems referidos a 3 aspectos fundamentales sobre los cuales el
sujeto debe pronunciarse (siempre – frecuentemente - a veces - nunca). Los 3
aspectos, con algunos ítems a modo de ejemplo son:
1. AUTODETERMINACIÓN
de respuestas verbales.
2. AUTOIMAGEN
conversacional.
3. AUNTOCONDUCTA
emotivo-verbal.
Perello
y su equipo se refieren a los efectos
psicológicos del tartamudeo, entre ellos la logofobia o miedo a hablar, “sobre
todo ante ciertos fonemas que el sujeto sabe le cuesta pronunciar”.
Respecto
de la intervención, distinguen la disfemia inicial y episódica, de la disfemia
propiamente dicha. La disfemia inicial exige de parte de la familia del niño afectado,
profesores, entorno social, etc., el cumplimiento de algunas recomendaciones
del tipo:
No
manifestar una preocupación excesiva por el tartamudeo infantil.
Hablar
al niño con tranquilidad articulando bien y ligando las palabras en frases.
No
hacerle repetir cuando ha “tartamudeado”.
Evitar
burlas, riñas, castigos por su habla.
Mantener
estabilidad emocional, evitando situaciones de tensión en el aula y en la casa.
Hacerle
repetir poesías con ritmo junto a otros niños.
Crear
un clima de seguridad y comprensión en torno al niño.
Para
la disfemia propiamente dicha, advierten los autores que, atendida la cantidad
de factores que pueden generarla, a veces son necesarios varios
profesionales. En todo caso, insisten en
que la intervención nunca debe quedar limitada al disfemico en sí, sino que
debe abarcar a su medio ambiente. Como regla de oro para el tratamiento
indican: Enlentecer el habla y articular
rítmicamente frases cortas y sencillas.
Junto
a la intervención farmacológica y la acción psicoterapéutica, se especifican
algunos procedimientos foniátricos, destinados a dotar al sujeto de un lenguaje
correcto ejercitando el aparato de fonación. Son dos grandes tipos: reflexivos,
y diversivos. Los procedimientos reflexivos apuntan a que el sujeto corrija el
proceso del habla de manera analítica. Los métodos diversivos pretenden
distraer la atención del paciente sobre su
manera de hablar y disminuir así su logofobia.
Finalmente
para el tratamiento de ella disfemia se utiliza elementos auxiliares, como el audible
masker, eco-corrector, metónomo y el DAE (delayed auditory feedback), cuya
descripción se puede encontrar en los textos antes mencionados.
Crystal,
dice que a veces se da una superposición entre las categorías del tartamudeo y
el farfulleo: algunas personas presentan una combinación de ambas alteraciones.
Rondal explica que la distinción entre tartamudeo y farfulleo es casi siempre
fácil de realizar: el farfulleo no presentan los bloqueos ni las repeticiones
de sonidos o silabas en series ingobernables como el tartamudeo. Al
caracterizar al farfulleo, dice que como la persona que lo presenta habla tan
rápido acorta la duración de las silabas pronunciadas. Como no puede mantener
el ritmo, se detiene, repite lo que acaba de decir, o una parte, vuelve a hablar
rápidamente, se interrumpe,..etc., lo que produce un discurso o irregular,
entrecortado, con palabras incompletas, deformadas. Afirma la reeducación del
Farfulleo es más fácil y también más corta que la del tartamudeo.

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